Krystyna Żywulska fue la autora de “Przeżyłam Oswiecim” (Sobreviví a Auschwitz), un relato sincero y conmovedor de la vida y la muerte en los campos de exterminio de Auschwitz y Birkenau. Fue publicado en Polonia inmediatamente después de la guerra. Las memorias de Żywulska representan una de las contribuciones más tempranas y más significativas a la literatura polaca sobre el Holocausto. Menos conocidas, pero no por ello menos importantes, son las canciones y la poesía que Żywulska creó durante su encierro. Estas valiosas obras ofrecen la posibilidad de comprender las experiencias diarias y las actividades culturales de los prisioneros en los campos nazis.
Żywulska, o Sonia Landau, nació el 1 de septiembre de 1914 en Lodz, Polonia. Allí completó sus estudios en el gimnasio judío antes de seguir derecho en Varsovia. Imposibilitada de seguir estudiando después de la ocupación nazi de Polonia en septiembre de 1939, regresó a su casa para estar con su padre, con su madre y con su hermana menor. Como la persecución nazi de los judíos en Lodz se volvió cada vez más violenta tras la incorporación de la ciudad en el Tercer Reich, la familia Landau huyó a Varsovia y finalmente fue reubicada en el gueto de Varsovia en 1941. Tras poner en la balanza la posibilidad de sobrevivir contra la certeza de una deportación o muerte por inanición, Żywulska audazmente salió del gueto con su madre el 26 de agosto de 1942. En el “lado ario” adoptó una identidad falsa, la de Zofia Wiśniewska, se unió a la resistencia polaca y siempre ayudó a los judíos en la clandestinidad y a los desertores alemanes a través de la falsificación de documentos de identidad y otros documentos. Para las autoridades nazis que buscaban su captura era conocida solamente como “Zosia rubia”.
En agosto de 1943, fue detenida y enviada al cuartel general de la Gestapo en la Avenida Szucha de Varsovia. Cuando fue interrogada asumió la identidad de Krystyna Żywulska. Desde Szucha fue trasladada a la prisión de Pawiak y luego a Auschwitz. Allí fue registrada como una prisionera política polaca. Veinte años después, aparentemente obligada a revelar su identidad judía ante sus lectores, Żywulska publicó “Pusta woda” (Agua vacía), donde narra sus vivencias en el gueto de Varsovia y, después de su fuga, la desesperante paradoja de vivir en la clandestinidad del “lado libre” de los muros del gueto.
Si bien nunca antes había escrito poesía, en Auschwitz Żywulska comenzó a crear versos para poder soportar las interminables tomas de lista a las que los prisioneros eran sometidos. Otros reclusos deseosos de conocer sus poemas los memorizaban y los difundían más allá del círculo inmediato de amigos. Entre los más populares estaba “Wymarsz przez Brame” (Marchar a través de la puerta), que registra con humor mordaz la realidad de marchar hacia los lugares de trabajo fuera del campo y concluye con un llamado inspirador para resistir hasta el día de la liberación. Sin embargo, el poema “Apel” de Żywulska fue el que en gran medida le salvó la vida: un prisionero mayor bien posicionado, que se llamaba Wala Kostecka, escuchó el poema y, conmovido, buscó a su autora y le ofreció protección a la moribunda Żywulska. Finalmente le consiguió un traslado a Birkenau y a un destacamento de trabajo (Effektenkammer kommando) en febrero de 1944.
El trabajo en las instalaciones de almacenamiento de efectos personales confiscados entre los prisioneros recién llegados era considerado uno de los mejores del campo. Los prisioneros designados a este tipo de trabajos quedaban resguardados de las duras tareas físicas que se llevaban a cabo en el exterior y tenían una gran posibilidad de obtener alimentos, ropa y otros elementos de valor ilegalmente. Dormían en barracas más pequeñas, se les permitía usar ropa de civil y dejarse crecer el pelo. Asimismo quedaban exentos de los procesos de tomado de lista y de selección. A pesar de todos sus privilegios, los trabajadores del destacamento de efectos personales, ubicado al lado del crematorio, no pudieron escapar de las imágenes, los gritos y el hedor de los incesantes asesinatos masivos diarios que tenían lugar a pocos metros de distancia.
Bajo estas circunstancias Żywulska escribió algunos de sus poemas más provocativos. Ante la gran demanda, rápidamente llegaron de Birkenau a Auschwitz, principalmente a través de la transmisión oral. Dos se adaptaron a melodías pre-existentes y se difundieron ampliamente en forma de canción burlesca. “Tancz, dziewczyno” (Baila, niña – 1944), por ejemplo, se adaptó al ritmo de una canción checoslovaca, “Ešče si já pohár vínka”, de un recluso de Auschwitz, Krzysztof Jażdżyński. Asimismo, Jażdżyński musicalizó “Wycieczka w nieznane” (Viaje a lo desconocido, 1944) y modificó cuando fue necesario el texto de Żywulska para que se ajustara a las melodías alternas de los éxitos internacionales Santa Lucia y Gloomy Sunday. Żywulska además de contribuir con el cabaret satírico clandestino, que tenía lugar en el Effektenkammer en 1944, fue parte de él. En dichas presentaciones, los prisioneros recitaban poemas, bailaban y cantaban canciones creadas en el campo.
Otros versos de Żywulska desde un principio fueron concebidos para el canto. “Wiązanka Effektenkammer z” fue una de las composiciones más largas que sobrevivieron a los campos: era una cadena de 54 fragmentos adaptada a una selección de canciones folclóricas polacas y a melodías populares de la preguerra. Escrita en 45 páginas, decorada con múltiples dibujos de colores por la reclusa Zofia Bratro y firmada por 72 prisioneros, “Wiązanka” de Żywulska fue entregada como una tarjeta de onomástico en la barraca de la kapo Maria Grzesiewska-Wojciechowska el 8 de septiembre de 1944. Al principio de cada una de las canciones de Żywulska se indicaban las melodías equivalentes. “Wiązanka” fue representada en su totalidad por cuatro prisioneros, incluyendo a Żywulska. La nota en la página principal decía con cariño: “Un recuerdo para nuestra querida Maria en el día de su onomástico. De parte de todos aquellos con los que compartió lo bueno y lo malo y a quienes ayudó a soportar”. Si bien los textos cambiantes de “Wiązanka z Effektenkammer” registran el universo cotidiano del Effektenkammer, también conducen a visiones de la felicidad futura, a la vida después del cautiverio. En su sentimentalismo abierto, “Wiązanka” registra poderosamente el ánimo y el optimismo que Żywulska campartía con sus compañeras.
Hacia fines de 1944, Żywulska también compuso otra canción paródica, “Marsz o wolnosci” (Marcha de la libertad), tomada de la conocida melodía soviética “Moskva mayskaya” (Moscú en mayo), música de Dm. y Dan. Pokrass, 1937. También conocida como “Marcha de despedida”, fue cantada por los prisioneros (Zywulska incluida) durante su evacuación forzada de Birkenau. Żywulska escapó de esta “marcha de la muerte” el 18 de enero de 1945.
La cantidad exacta de poemas y canciones de Żywulska sigue siendo incierta, pero al menos ocho textos completos sobrevivieron. Todos están marcados por un realismo vívido; una cualidad del reportaje directo y formal. En “Wycieczka w nieznane” hay una yuxtaposición muy patética de los sonidos pacíficos y las imágenes de la naturaleza y de la vida más allá del campo con el entorno grotesco y mortífero de Birkenau. Sin embargo, mientras que predominan el sarcasmo y la ironía, las composiciones de Zywulska rara vez caen en la desesperación. Por el contrario, emanan vida, específicamente la propia voluntad de Żywulska por vivir y transmitir un poderoso mensaje de resistencia. Muchas de estas creaciones sobrevivieron con numerosas variantes, con títulos alternativos y música de acompañamiento, y se convierten en un testimonio de su gran popularidad y el profundo impacto que tuvieron en las poblaciones de reclusos de Auschwitz y Birkenau.
Después de la guerra, Żywulska permaneció en Polonia, se casó y tuvo dos hijos. Trabajó como escritora, mayormente con la sátira, hizo contribuciones de obras con la revista “Szpilki” y creó monólogos satíricos para actores polacos (como Alina Janowska) y también para la radio polaca. Además era una exitosa compositora. En 1968, su “Żyje się raz” (Sólo se vive una vez), música de A. Markiewicz, se convirtió en un éxito instantáneo de Polonia, cuando la cantante Sława Przybylska la interpretó por primera vez. “Proszę pana, jestem taka zakochana” (Por favor, señor, estoy tan enamorada), música de J. Szczgiel, también se hizo popular con la famosa Przybylska. En 1970, Żywulska se mudó a Düsseldorf para estar con sus hijos que habían emigrado hacia el oeste. Falleció el 1 de agosto 1992. Los que estuvieron más cerca de Żywulska la recuerdan como una mujer que le encantaba reír, cantar y bromear. En la última década de su vida, sin formación y con un éxito impresionante, se dedicó a la pintura; un deseo que tuvo toda la vida.
Por Barbara Milewski. Fuente: holocaustmusic.ort.org
Referencias
Zywulska, K., 2004. Przeżyłam Oświęcim, Warszawa: tCHu.
Zywulska, K., 1963. Pusta Woda, Warszawa: Iskry.
Friedman, F. & Holuj, T., 1946. Oświęcim., Warszawa: Spółdzielnia Wydawnicza “KSIĄŻKA,”
Kulisiewicz, A., 1982. Polskie Piesni Obozowe, 1939-1945.